LA FORMACIÓN DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD Y POLICIALES
ntroducción El presente artículo aborda aspectos de la formación de las fuerzas policiales y de las fuerzas de Seguridad de la República Argentina y de algunos países de la región (pertenecientes al MERCOSUR y de los países asociados)1 con el propósito de analizar la adecuación de la formación de estas fuerzas al paradigma de la “Seguridad Ciudadana”. Para determinar cómo ha impactado en la formación el nuevo paradigma de la seguridad, resulta pertinente, en primer término, de- finir un concepto sobre qué se entiende por Seguridad Ciudadana. Sin pretender un examen exhaustivo sobre el mismo, se realizará una comparación del término de seguridad desde el enfoque tradicional/ dominante y desde la actual tendencia, es decir, desde un enfoque integral y holístico, tomando como fuentes principales informes de las Naciones Unidas, organismo internacional que se convertirá- a partir de la década de los noventa- en un asesor técnico en la materia para los países de la región. Asimismo, se plantea la incorporación de este nuevo paradigma de seguridad como un desafío que deberán encarar los Estados nacionales a partir del diseño de políticas preventivas de carácter social, de adecuación de marcos normativos y de políticas ins- titucionales que contemplen el nuevo enfoque. Se hace especial hincapié en la modernización y profesionalización de las fuerzas policiales y de Seguridad de los países de la región, como estrategia fundamental de los Estados a contemplar como parte de sus políticas educativas, indispensable para el fortalecimiento del paradigma de la seguridad ciudadana. Desde este marco conceptual, se analiza el alcance que esta nueva visión sobre el concepto de la seguridad tiene en la formación profesional de los recursos humanos que integran los cuerpos policiales y las FFSS (Fuerzas de Seguridad) en Argentina en particular, y en algunos países de la región en general. Se indaga en primer término cómo se han hecho eco de este nuevo paradigma de la Seguridad, los países estudiados en cuestión, (Argentina, Brasil, Paraguay y Chile), al indagar si han
implementado políticas educativas que contemplen acciones tendientes a la actualización de la formación de los cuerpos policiales y de seguridad en este sentido. Y en segundo lugar, y en un nivel de concreción más específico, se analizan los planes de estudio2 y los perfiles profesionales de estas fuerzas para determinar el alcance que tiene este nuevo paradigma en la formación. Estos planes de estudios pertenecen a distintas fuerzas, tanto de seguridad como policiales, que poseen funciones y misiones distintas entre sí, pero que en virtud del objetivo de este trabajo interesa analizarlos para determinar en qué medida se ha inte- grado a su formación el nuevo paradigma de la seguridad. Cabe destacar que el artículo pretende tener un carácter introductorio, exploratorio de la temática propuesta como un punto de partida para continuar investigando con mayor profundidad dichos planes. Al finalizar se plantean una serie de problemáticas sobre la temática desarrollada donde se intentan esbozar los retos a los que se enfrentan las autoridades educativas de los Institutos de Formación de las fuerzas estudiadas, y las inevitables tensiones que se generan entre lo nuevo y lo instituido. Nueva mirada sobre la seguridad: la seguridad ciudadana versus la seguridad del Estado La seguridad ha sido definida por los acuerdos internacionales del siglo XX como un derecho de los individuos y, como contracara, una responsabilidad de los estados por garantizarla3. El concepto de seguridad se ha convertido en una palabra polisémica como omnipresente en el debate público actual, en torno a la cual gravitan significaciones de cuño diverso. A partir de la década de los noventa en los países de la región, y luego de haber transitado cada uno de ellos por gobiernos de facto, se ha instalado a la Seguridad Ciudadana como uno de los principales temas de la agenda política pública. Por primera vez, en 1994 las Naciones Unidas a partir de un informe4 donde se reconceptualiza el concepto de Desarrollo Humano, aparece la expresión de la Seguridad Ciudadana como uno de los ámbitos de la Seguridad. Este nuevo paradigma sobre la Seguridad instaura otra forma de concebir e interpretar a este fenómeno que se tenía hasta el mo- mento5, y que indefectiblemente plantea una redefinición del lugar del Estado, de los ciudadanos y de las fuerzas del orden, entre otros numerosos aspectos. A través de este concepto se pretende pasar de una visión reduccionista de la seguridad a un enfoque integral/holístico, en línea con el concepto de la Seguridad Humana6, también redefinido a partir del informe mencionado previa- mente. Es así que, bajo este nuevo paradigma, se propone comprender a la seguridad en contraposición a la visión dominante que hasta los’90 primaba en América Latina en términos de “Seguridad Nacional, “Seguridad interior” u “Orden público”, entre otros. Desde el enfoque tradicional, la seguridad es entendida como un fin en sí mismo, y más allá de considerar la naturaleza democrática o autoritaria de los estados, se enfatiza la responsabilidad del Estado y de los servicios policiales en la defensa del Estado Nacional. En la mayor parte de la literatura de referencia, este aspecto aparece bajo el concepto de “policialización de la Seguridad”. En cambio, desde el enfoque de la Seguridad Humana se considera a la seguridad como una garantía para el ejercicio de los derechos y el logro del bien común. En contrapartida con el enfoque anterior, desde este último se alude a la responsabilidad compartida entre Estado y ciudadanía, donde no se trata de desconocer el rol del Estado en materia de seguridad sino de introducir el rol de la sociedad civil. Por lo tanto, el paradigma del orden que aludía a un “Estado penal” donde éste no sólo era sujeto del monopolio de la violencia sino también el fin de sus políticas, aparece cuestionado desde el enfoque de la seguridad humana que plantea fortalecer el rol de la sociedad a partir de estrategias tales como la “protección” y el “empoderamiento”7, como dos rasgos fundamentales para enfrentar situaciones de riesgo. Según el informe de las Naciones Unidas el concepto de seguridad ciudadana es el más adecuado para el abordaje de los problemas de la criminalidad y violencia desde una perspectiva de derechos humanos. Así, desde esta cosmovisión cuando se habla de seguridad se hace referencia a cómo crear un ambiente propicio y adecuado para la convivencia pacífica de las personas, y no se la limita a la lucha contra la delincuencia. (CIDH, 2009).