Uniformados con resistencia física
Fuente:Diario La Nacion
l entrenamiento del grupo de elite denominado División de Operaciones Especiales Metropolitanas (DOEM) es riguroso. Su resistencia se pone a prueba de lunes a viernes. Son casi 20 horas semanales de ejercicios. Los demás integrantes de la Policía Metropolitana, los uniformados que recorrerán las calles para prevenir delitos y ordenar el tránsito desde octubre también tienen una dura preparación. El objetivo es el mismo: que los policías porteños tengan un estado físico superlativo que ayude a combatir la inseguridad.
Cuando resta un mes para que la nueva fuerza de seguridad debute en las calles de la ciudad de Buenos Aires, los policías se capacitan con ganas y ansiedad en el Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP), en el Bajo Flores.
"Lo que buscamos es que los integrantes del DOEM tengan las cualidades físicas necesarias. Los preparamos en resistencia, fuerza y velocidad", explicó a LA NACION Fernando Garat, entrenador físico del grupo de elite. Tiene una amplia experiencia, fue preparador de los Pumas y del San Isidro Club (SIC).
Los entrenamientos físicos de los primeros 850 policías que estarán en la calle a mediados del mes próximo se dividen en tres materias: Preparación Física (PF), Actividad Física Adaptada (AFA) y Sistema de Combate Intensivo con Armas y sin Armas (Scicsa). Los cursantes -así se los llama, ya que no son cadetes, porque vienen de distintas fuerzas de seguridad del país- se dividen en grupos de trabajo para las tareas físicas, según el nivel y el físico de cada uno.
En el ISSP hay 20 profesores de educación física, coordinados por Daniel Ghirimoldi. "Hacemos trabajos específicos para los oficiales. Buscamos que puedan desenvolverse en la calle, en un escenario urbano, con los problemas que puede haber en la ciudad. Correr en el asfalto requiere una fuerza y una resistencia distintas que para desenvolverse en la tierra", explicó Ghirimoldi.
El coordinador afirmó que una vez que estén en la calle, los policías deberán seguir con una rutina de entrenamiento obligatoria. Fuera de las ocho horas de trabajo, tendrán que ir al gimnasio para seguir una pauta física impuesta por los profesores, diagramada en forma individual, según las necesidades y el nivel físico de cada uno. "Todos los policías, incluido el jefe de la fuerza, deben cumplir con una rutina en el gimnasio", explicaron en el ISSP.
Para la práctica de tiro, el ISSP está por firmar un convenio con el Tiro Federal para que los cursantes puedan ejercitarse allí. En un futuro, el ISSP tendrá su propio polígono.
Clases teóricas
No sólo hay entrenamientos físicos. En varias de las 12 aulas del ISSP se dictan clases teóricas. Es viernes. Media mañana y comienza un corto receso. En ese recreo, LA NACION habla con Iván Luna, de 33 años. A partir del mes próximo, será uno de los integrantes de las Brigadas de Intervención Rápidas (BIR), que recorrerán la ciudad de a cuatro hombres por vehículo para intervenir en hurtos y colaborar en intervenciones específicas junto con la Policía Federal.
Los móviles patrullarán los puntos más críticos de la ciudad, según un mapa del delito informatizado que ya está en plena elaboración. Hasta que se inscribió en la nueva fuerza de seguridad, Luna era integrante de la policía de Santa Fe, en la que revistó durante 15 años.
"Hasta el momento he visto superadas las expectativas que tenía cuando me anoté, porque aquí se prioriza la capacitación del policía. El objetivo es tener una fuerza de seguridad más profesional", comentó a LA NACION Luna.
El futuro integrante del BIR está convencido de que "los vecinos de la Capital pueden esperar un nuevo estereotipo de policía. Quizá se dificulte un poco adaptarse a la ciudad, pero no tengo dudas de que será una policía muy efectiva, de un gran nivel".
Incentivo y orgullo
El incentivo de Luna y los demás integrantes de la Policía Metropolitana no sólo está puesto en el "orgullo" de formar una nueva fuerza de seguridad, sino también en los sueldos. En promedio, todos los uniformados ya ganan el triple de lo que recibían en sus antiguos trabajos. Por ejemplo, un ex subcomisario de la policía santafecina, que allí ganaba 3700, en la Policía Metropolitana ya cobra 12.000 pesos.
Educación Comunitaria es una de las materias teóricas. En las clases, los docentes tratan de inculcarles a los futuros uniformados la "filosofía" de la Policía Metropolitana.
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